Los efectos económicos postpandemia, una política monetaria europea que no ayuda con tipos de interés al alza y la situación geopolítica de Europa, más la constante tensión entre EEUU y China, no solo está provocando trágicas consecuencias en nuestra sociedad, sino que también está golpeando duramente la economía mundial. No queda otra, pues, que plantar cara a los desafíos que plantea el mundo en el que todos estamos interpelados a arrimar el hombro; el individuo (persona física), ejerciendo su responsabilidad como miembro de la sociedad, las empresas o entidades, tomando las decisiones más oportunas y acertadas, así como también el Gobierno, autoridades y poder legislativo que deberá seguir respondiendo con medidas legales, económicas y financieras, entre las que se encuentran una serie de reformas concursales.
En este artículo, nos centraremos en las decisiones que deberá tomar el empresario destacando en especial el acierto en los tiempos en las que tomamos aquellas. Como es sabido, los dos principales problemas que están atravesando y atravesarán las empresas como consecuencia del de la situación actual son:
Para solventar estos problemas económico-financieros, será imprescindible, además de instrumentalizar todas las reformas y medidas que se han puesto encima de la mesa, saber CUANDO el empresario debe decir aplicarlas, acertar en cuál es el mejor momento atendiendo a la complejidad de la empresa, del mercado y la coyuntura económica y legislativa actual. Sin duda, las medidas concursales y pre-concursales que existen pueden servir como “muro de contención” para proteger a las empresas en tiempos difíciles, pero el empresario, que conoce y debe conocer bien su negocio, debe analizar detenidamente y con arreglo a su experiencia, si tales medidas convienen a la empresa en base al diagnóstico que haga de su propia actividad.
Llegados a este punto, ¿cómo debe actuar el empresario o administrador de una sociedad que está inmerso en esos problemas de tesorería que hemos referido?
En este sentido, desde Borrón y Cuenta Nueva, y a modo de conclusión, queremos enviar un mensaje de tranquilidad a todos los empresarios y administradores de empresas, que están pasando dificultades en estos momentos, que existen alternativas para poder continuar con su actividad, pero será necesario intentar acertar en los tiempos de las decisiones, analizando el negocio, el mercado y todas las medidas económicas y concursales que están a nuestro alcance con el fin único de salvar la compañía. La empresa es como un tren en marcha que no para, debemos analizar con cuántos vagones seguimos y el momento para proyectar el rumbo que queremos, sabiendo que tenemos margen (plazo legal) para mirar las cosas con perspectiva y tomar, sin precipitarse, las mejores decisiones para el futuro de la empresa.
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